martes, 4 de noviembre de 2008

UNA REFLEXION SOBRE EL DINERO


Esta semana hemos tenido noticias de todo el mundo con grandes titulares hablando de lo mismo: crisis económica. No un país, no un sólo tipo de problema. La mayoría de los países, especialmente aquellos que consideramos potencias líderes y con desbarajustes en todas las áreas, como nunca antes habíamos visto.
Y la gran pregunta que todos nos hacemos es: cuál es el propósito de esta crisis?
Hemos hablado muchas veces de la evolución del planeta hacia una nueva dimensión. Del planeta, de todo y de todos, incluyendo la economía. Especialmente la economía.
Esta crisis financiera ha puesto en evidencia uno de los patrones más grandes que ha liderado nuestra vida hasta hoy: la escasez. Nunca es suficiente.
De una u otra manera, el dinero fue convirtiéndose en la razón de nuestra vida y comenzó a ocupar el lugar que le quitamos a Dios. Hasta llegamos de pensar que el dinero nos hace felices, nos trae bienestar y tenerlo nos hace sentir en paz y seguros. Todas condiciones divinas pero que las esperábamos obtener de este sustituto de Dios.
Encontré ayer un reportaje al monje benedictino alemán Anselms Grun que decía con acierto: “El consumismo siempre es una señal de estar viviendo demasiado poco”.
En muchos casos, dejamos de lado el disfrute de la familia, del tiempo y de uno mismo para trabajar más, ganar más, gastar más…
No debemos renunciar a disfrutar del dinero, pero si debe volver a ocupar su lugar de servicio, no de amo.
Por dinero nos hemos sacrificado, perdimos la libertad, algunos también la salud y hasta nuestra creatividad.
Para eso era necesario que esta crisis removiera las estructuras que sostienen el sistema. Y en cada movimiento, se genera un quiebre. Y con algunos quiebres, algunas caídas. Pero todas precisas para crear algo diferente.
Esta crisis financiera es parte de las muchas crisis por la que venimos pasando desde hace unos 20 años, que han ocurrido en las estructuras familiares, las religiosas y las educativas, solo por mencionar algunas. Más todas las personales que cada uno puede enumerar.
Con estas crisis, solo estamos “perdiendo” lo que ya no es necesario. Llegan para devolver el orden donde se ha perdido.
Si no negociamos con el miedo, podremos intuir que lo que se viene es un nuevo mundo de abundancia, donde cada uno podrá desarrollar su potencial y logrará tener lo suficiente para una vida digna.

Mantener la calma, saber esperar -tener paciencia- y no resistirnos, abrirnos a despojarnos de aquello que realmente no es importante, nos ayudará a navegar en esta tempestad sin que nuestro barco se hunda. Sin dudas, es un gran desafío. Pero vale la pena.
Sin dudas, mejores tiempos están asomando. Antes debemos presenciar esta tormenta que viene a limpiar el cielo que hemos ido contaminando por tantos años.
Para quien sepa esperar, llegará la calma y con ella el despertar de una nueva economía, reflejo de quien realmente somos: seres con una característica natural de abundancia.
La respiración profunda puede ser una herramienta muy útil por estas semanas…
JB
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sin lugar a dudas, este reflexion es la mejor que he leido en relacion a la actual situacion economica, el otro dia una persona me decia que porque alarmarse si ya sabiamos que esto iba a pasar, se suponia como profecia, mas, yo le pregunte, ¿acaso es justificacion? o ¿con esa creencia la gente va a calmar la ansiedad de no poder pagar o sustentarse los satisfactores? Realmente, aunque nos digan muchas cosas sobre "esto ya se veia venir", lo verdaderamente importante es que estamos haciendo hoy, ahora. Y esta reflexion da exactamente al punto: no resistirse al cambio. Si en cambio decimos, "ya sabiamos que eso iba a pasar", no solucionamos el miedo, al contrario, se hace real la creencia de que somos vulnerables.
La parte de la reflexion que dice: "no negociemos con el miedo", es lo que hacemos a cada momento cuando pensamos que no tenemos la economia que nos hace dignos, negociar con el miedo es como ponerte en una mesa redonda, con mantel blanco y enfrente de ti un monstruo terrible que nos va a negar el prestamo porque no somos familiares directos de Jesus de Nazaret, asi de irreal es cada vez que pensamos en la escasez y en el dinero.

Y si denotamos la parte de la reflexion donde dice: solo estamos perdiendo lo que ya no es necesario, dada la situacion, yo te pregunto, ¿sera acaso que las cosas se estan acomodando para un cambio radical en tu vida? El cambio es seguro, pero tu determinas en manos de quien pones ese cambio, ¿negocias con el miedo? o ¿negocias con Dios?
Si negocias con Dios entonces asume que somos seres abundantes, que no hay carencia en la naturaleza, y que estamos aqui para ser DIVINAMENTE HUMANOS, no humanos que se creen divinos y que tienen miedo de una crisis economica.

Saludos amigos,
Perla Dejesus

2 comentarios:

darYrecibir dijo...

Amada Perla, un abrazote!

Beatrix dijo...

NO NEGOCIAR CON EL MIEDO! Es aceptar que tiene todo el poder sobre mi y que le imploro que no me coma. Que gran oración.
Es cierto que sino tengo lo que creo merecer no me siento digna de nada. Que gran mentira. Yo pensando en dinero en abundancia y hoy una mujer se acercó a mi esposo y le dijo "Que maravilla que todo lo que hacen lo hagan juntos"... Eso es riqueza. Gracias, Perla, creeme que estaba buscando unas palabras de consuelo en momentos de tribulación en mi corazón. Betty