martes, 4 de marzo de 2008

El Placer



El Placer


Como es bien sabido, la mente humana tiene un límite, pero este límite de ninguna manera es un impedimento para que el hombre disfrute de sí mismo. A través de esta limitación el ser humano ha podido experimentar, se ha podido distinguir, ha podido diferenciar y ha podido conocer así la inmensa capacidad del Poder Creador, de quien es… y le ha dado vida.


Bastaría ubicarnos un momento fuera de nosotros, poniendo nuestra atención en otro ser y darnos cuenta de lo que éste está experimentando. Irnos ubicando en distintas experiencias, en distintas formas, en distintos momentos, en distintos tiempos y en distintas dimensiones, para darnos cuenta cómo es que El Padre disfruta de cada una de sus criaturas y meditar cómo es que la unión de todas le dan a él el regocijo constante… situación que de ninguna manera experimenta el ser humano, ya que éste se ha dogmatizado consigo mismo, creyéndose la única alternativa, creyéndose y conformándose por una idea, por una creencia y por el conocimiento del Ser en el que se expresa actualmente.


Que tu meditación sea entonces en este momento la de concebir que en todas las formas está el Poder Divino y que en todas ellas hay una experiencia por aprender y, más que por aprender, por disfrutar. Ahora bien, yo te pregunto: "¿Has podido experimentar el placer? ¿Qué conciencia tienes del placer?"


Quizá muchos van tras el placer desconociendo lo que esto significa y de allí que se confunden en situaciones que de placer nada tienen. La única consecuencia que podría tener el placer, por supuesto, es la armonía. El placer trae consigo mismo la mayor expansión. El placer no trae de ninguna manera consecuencias de las cuales, más tarde, tengas que arrepentirte. El placer es el disfrute constante del Ser que eres. El placer es el reconocer que fuiste creado por el amor y para el amor. El placer es el "bien" utilizar todos tus sentidos, para que éstos te informen de la grandeza que el Padre ha creado y plasmado en su misma creación.


El placer es intensificar la capacidad receptora y transmisora de quién eres, que lo que tú conoces es al menos el principio porque mucho más tienes que expanderte en el poder recibir y transmitir, a través de los sentidos, la conciencia; la capacidad y la fuerza que en ti tienes como algo permanente, a desarrollarse a través de la forma, la cual es el instrumento que el Padre te da para conocerte en potencia y en esencia. Yo te aseguro que si ante tu vida pusieras oportunidades para el regocijo, nada más te importaría saber, te concretarías al placer constante. Mas pocas veces has conocido esta experiencia y, por lo tanto, en la carencia has generado duda, te has involucrado de tal manera que una duda trae consigo a otra, pues que no hay respuesta para lo que tu mente pretende. Y así, interminable sería tu trabajo, tratando de escudriñar cuando no te corresponde a ti el saber hasta que no hayas llenado tu Ser de placer. Tómate este tiempo para ir día a día incrementando más tu capacidad de amar. Tómate este tiempo para la sabiduría que no pretende, que por sí misma sabe y al saber se expresa, no cuestiona y no vuelve atrás preguntándose si hizo bien o si hizo mal porque ES. Toma este tiempo para ejercitar la voluntad misma que ha dado El Padre en ti y que hace posible el movimiento en el cual tú te desplazas, transformando la forma y siempre mostrándote un nuevo rostro del Padre.


¿Cuánto tiempo te llevaría escudriñar cada célula de ti? ¿Cuánto tiempo te llevaría escudriñar el origen del pensamiento? ¿Cuánto tiempo te llevaría entender que aún sin cuerpo también sientes y que no es solamente a través de los sentidos como se conoce la emoción y el sentimiento?


Cuando bien hayas entendido algo, en ese momento surgirá otra gran duda del porqué… Eso lo sabrás cuando hayas dejado de ser la manifestación y seas La Causa. Sin embargo, para llegar a La Causa, no habrás de cuestionar los hechos, habrás expandido tu conciencia unificándote a todas las mentes, a todos los cuerpos, a todos los sentimientos, a todo lo creado y, en ese momento, ¡sabrás!


¿Cómo pretende el hombre, en su limitada mente, calificar? Sólo el que se conoce en sí mismo sabe porque él está en todas las cosas. Disfruta y verás entonces que sí tiene sentido la vida. Hay quienes dicen que no tiene sentido la vida si no se escudriña, mas ése no se ha dado la oportunidad del placer, del gozo, del disfrute, de la confianza.


Es más fácil cuestionar que disfrutar, por eso todos cuestionan y pocos disfrutan. Atrévete pues a disfrutar. Atrévete pues a romper tu carencia, tu temor, tu negligencia, tu duda y cuestionamiento, que todo eso impide el disfrute. Aprende a reconocer cada parte de ti y llenarte de gozo por ello, pues si recorres conscientemente quien eres, te habrás dado cuenta que lo que eres es grande. ¿Te has regocijado en cada parte de ti…?, o estás cuestionando el "porqué" de cada parte de ti y sufres por cuestionar. El amor te hará volar, te llevará a planos tan sutiles, tan exactos, tan constantes, que con un instante de haber comulgado en ellos, nunca más duda habrá en tu vida. Habrás entendido El Todo, habrás entendido el tiempo y, entonces, más que un agobio, el tiempo te dará la oportunidad para aplazar, para alargar y para experimentar el placer; gran diferencia con aquél que quiere que el tiempo termine porque sufre. Goza, disfruta y entiende la razón de la vida, conoce el dolor para erradicarlo de tu ser, para nunca más limitarte, para no dogmatizarte y para reconocer así, habiendo diferenciado, el amor y el placer.


No odies el odio, aprende de éste; no odies la agresión, aprende de ella; no critiques, aprende de los calificativos que el humano pone sobre ti y date cuenta cuán dependiente eres de ellos o cuán libre… No maldigas la enfermedad, bendícela porque hará apreciar la salud en tu vida y en tu ser.
Es perfecto todo cuanto existe, entiende la enseñanza de la vida, observa la naturaleza, observa cómo hoy puedes voltear y ver más lejos de lo que ayer podías, pues se dispersará la contaminación que el hombre crea en sí mismo y en su medio. Elimina la contaminación de tu mente y ve claramente cuán bellos y perfecto eres, y que la contaminación te sirva para valorar la perfecta obra de DIOS. En éxtasis y en regocijo, vive contemplando la obra perfecta de aquél que te ha dado la vida. No se puede contemplar un mundo bello cuando cubierto está por creaciones humanas, limitantes.


Ama pues al Padre por sobre todas las cosas y una vez que le has amado, da el amor a toda su creación. ámale sin rostro, antes de amarle en lo creado. ámale sin pedir, ámale sin esperar y de esa manera serás amado. Y no es condicionamiento, es un proceso de aceptación en ti mismo, es sostenerte en lo inconocible, es sostenerte sin dependencia… Y una vez que eres sostenido, entonces sí, ve y reparte, seguro que nada ni nadie habrá de moverte de tu eje. No habrá quien pueda hacerlo porque eres sostenido por el que sustenta, ésa es la diferencia con aquél que depende de las formas y de sus carencias. Eso es fe, la única fe. Y antes de mostrar tu fe moviendo cuanto te rodea, demuestra tu fe no moviéndote del centro de quien eres. Antes de utilizar tu fe para creer que te creerán a través de tus actos, utiliza tu fe para creer en ti, más allá de ti mismo, para eso se utiliza la fe. Y contemplarás entonces plácidamente la vida, sin prisa, sin temor, sin angustia, sin duda. Disfrutarás de ella, pues para ello también te fue dada.


Por: José Luis Villanueva

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